- Pasada la independencia de México, Iturbide se asume como emperador, constituyendo la primera etapa en la vida de México.
- En esta época es donde se inicia la producción de billetes, cabe decir, muy poco aceptados por el público.
- La moneda fue el escudo y el real, de los cuales hubo diferentes variedades, en especial con el diseño del águila.
Un abrazo, un plan en Iguala y la entrada triunfante del ejército Trigarante fue la solución para que se consumara la independencia de México. Tras largos 11 años de lucha, el acuerdo entre Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide dio paso a una nueva etapa del país, una donde la gobernanza española nada tendría que ver. En Tacubaya, Juan O’Donojú (el último virrey) anuncia la culminación de la guerra e Iturbide se apura para crear una junta militar donde (cabe decir) ninguno de los antiguos insurgentes fue llamado. Así, se forman reuniones secretas para crear un gobierno republicano. Del otro lado de la balanza, hay conspiradores que quieren un reinado de la Casa de los Borbón, es decir, seguir dependiendo de España. Tras varios desencuentros con mucha gente, Iturbide tomó una apresurada decisión: coronarse como emperador. Hasta aquí la actualización del chisme.
Los Primeros Billetes
En este breve interludio, entre la independencia y la primera república, llamado Primer Imperio Mexicano, hubo diferentes tipos de monedas y billetes. El dato más impresionante es que en este tiempo se crearon los primeros billetes mexicanos. La razón para empezar a emitir billetes fue el caos económico de México después de la guerra de independencia. Para más o menos nivelar la situación, se calcularon necesarios seis millones de pesos extra. Así, se subieron los impuestos y se cobró 4 reales a cada persona de entre 14 y 60 años. Otra de las medidas fue emitir 4 millones de pesos en billetes. De este modo, el gobierno de Iturbide podía retener fondos monetarios, los cuales se cubrían con billetes. Resta decir que estos billetes solo fueron pensados para usarse en 1823 y que serían intercambiables por moneda.
Pronto, los billetes causaron revuelo entre las personas, pero para mal. No fueron bien aceptados y en varias ocasiones se tenían que calmar los ánimos de la gente con documentos y manifiestos al público. En ellos, se apelaba al amor patrio, al respeto a la ley, a las necesidades de México, así como a los billetes emitidos en Europa con gran éxito. Al mismo tiempo que aparecían estos documentos, también se utilizaba el reverso de bulas papales o indulgencias religiosas para imprimir los billetes. Con ello, se buscaba que la religiosidad de la gente hiciera que se aceptaran los billetes. Cabe decir que estos billetes eran fáciles de falsificar por su diseño, síntoma de la inexperiencia del gobierno en este campo.
Pronto, los billetes terminaron desapareciendo, pero no por el rechazo, sino por la abdicación de Iturbide como emperador. Se cuenta que los billetes comenzaron a ser recolectados y, un tiempo después, no había obligación de pagar con ellos o de cobrarlos (cambiarlos por moneda), por lo que se desmonetizaron. El fin de estos billetes fue como medio para el pago de impuestos.
Los Escudos y Reales

Ahora hablemos de las monedas. En el tiempo de Iturbide se acuñaron tanto escudos de oro, como reales de plata. Los escudos los hubo en ocho y cuatro, mientras que las denominaciones de los reales eran ocho, dos, uno y medio real. Todas ellas tenían marcado el busto “desnudo” de Agustín de Iturbide. Lo que cambiaba era el diseño del águila. En todos los casos, el águila se encuentra parada en un nopal sobre un islote. El águila (sin la presencia de la serpiente) está coronada, con las alas abiertas y mirando hacia la derecha. En algunos casos, el águila es grande, ocupando casi todo el reverso, con las alas más dobladas para caber dentro de campo. Otra de las variedades tiene a esta águila encerrada en un escudo ornamentado. Finalmente, existe la variedad conocida como “pollito”. Aquí, el águila es chica, con las patas delgadas y el pecho inflado, como abotargado. Los expertos, a manera de broma, aluden a que el águila parece más un pollito o que en lugar de posarse sobre el nopal, baila sobre él.
Estas diferentes variedades responden a un diseño rápido del águila. Así, la variedad “pollito” luego fue sustituida por una representación más “solemne” del animal. Otra peculiaridad que hacen notar los expertos es la representación ya no solo del nopal, también de sus frutos (las tunas), que se alcanzan a ver rozando las patas del ave.
Por otro lado, la mayor parte de las monedas fueron producidas en la Casa de Moneda de México, aunque había otras cecas produciendo. Tal es el caso de la Casa de Moneda de Durango, la única encargada de producir moneda de cobre en todo el país. Ahí, se realizaron con la leyenda “De La Provincia de Nueva Vizcaya”, junto con el año. Al reverso se encontraba el escudo de la provincia. Resta decir que las monedas fueron hechas de manera tosca, por lo que pronto se intentó reemplazar a los grabadores y ajustar la maquinaria.
En la imagen anterior se aprecian 2 Reales de Iturbide. La variedad no es “pollito”, sino del águila que se posa majestuosamente sobre el nopal. En el anverso tiene la leyenda “Augustinus Dei Providentia”, que significa “La providencia de Dios, Agustín”. Contiene en el mismo lado, la fecha, que es 1822, una letra M con un círculo encima (lo que indica que fue hecha en la Casa de Moneda de México) y el retrato de Agustín Iturbide. En el reverso se lee la frase “Mex. I. Imperator. Constitut.”. Esto refiere a Iturbide como el primer emperador constitucional de México. Asimismo, contiene la inscripción 2R, es decir, su valor de 2 Reales y las iniciales del ensayador, “JM” (quien era encargado de verificar la pureza y composición del metal de la moneda, colocando su firma como garantía).
Resta decir que la moneda tiene al centro, en el reverso, una soldadura, lo cual puede indicar que la moneda fue utilizada como botón, cosa común en el siglo XVIII y XIX. Para este fin, se les agregaba a las monedas una pequeña dona de metal con la cual se podían coser a la vestimenta elegida.
Bibliografía
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