El Inicio del Billete en México…

  • El uso del billete se remonta tan tejos como el siglo IX, en China. Sin embargo, no fue hasta 1822 que surge el primer billete oficial en México.
  • Los primeros intentos de billete fueron fallidos, al no poder contar con el respaldo de la población, que seguía prefiriendo el metálico para hacer su día a día.
  • Otros intentos de establecer el billete fueron hechos por bancos privados. Ya en la revolución, el uso del billete fue por necesidad, sin respaldo y con constantes devaluaciones.
  • Fue hasta que se estableció en la Constitución de 1917 que el Estado, a través del Banco de México, fuera el único emisor de billetes y monedas que su uso se extendió y popularizó.

El uso del billete en el mundo se remonta tan lejos como el siglo IX, cuando se comienza a utilizar oficialmente en China. En específico, el año 812 es en el que sucede la gran “revolución”. Sin embargo, la revolución no sucedió de la noche a la mañana. Se cuenta que desde mucho antes ya se emitía papel moneda como respuesta a la escasez de cobre en aquel país. Sin embargo, lo que en un primer momento se planteó como respuesta a la crisis (una medida temporal), se consolidó a largo plazo. Y es que tener papel moneda en lugar de monedas traía beneficios como la facilidad de transporte de grandes cantidades de dinero o la acumulación de los metales preciosos entre los dirigentes y nobles.

A pesar del amplio contacto entre China y Europa en el siglo XIII, los billetes no se adoptaron en los países de Europa durante un tiempo. No fue sino hasta las décadas de 1650 y 1660 que Suecia, debido a una escasez de oro y plata, comenzara a utilizar el papel moneda. La causante directa de esta situación fue la guerra de los treinta años, que había diezmado al continente. Es así que la plata y oro se cambiaron por placas de cobre para contrarrestar la escasez. Sin embargo, por su alto peso y horrible practicidad, algunos banqueros suecos decidieron hacer 1) “vales” en papel sobre las monedas de cobre y 2) papel de crédito temporal avalado por el banco.

Esta medida resultó ser un éxito y ya para el siglo XVIII muchos países del viejo continente comenzaron a utilizar el billete. En América, por otro lado, se seguía utilizando la moneda. De hecho, durante la época, los ocho reales llegaban a un auge mundial, pues se confirmó como la moneda más adecuada para el comercio internacional. No sería sino hasta consumada la independencia que surgiría con toda su potencia el billete.

Imagen cortesía del Banco de México. Billetes del Primer Imperio Mexicano (1822).

El primero de ellos fue realizado en 1822, en el periodo del Primer Imperio Mexicano y con Agustín Iturbide a la cabeza. Y es que gracias a la larga lucha contra España y también entre los bandos mexicanos, la economía nacional quedó completamente maltrecha. Tras largos once años de guerra, aparecieron medidas económicas como el incremento de impuestos, la bajada de sueldos, el incremento de la deuda, etc. A pesar de todo, una de las medidas más eficaces fue la implementación del billete. E igual que ocurrió en China y Suecia, la medida, que parecía ser temporal y por necesidad, resultó quedarse por un largo tiempo.

Estos primeros billetes eran blancos y cuadrados. Las denominaciones eran de 1, 2 y 10 pesos y venían con el escudo del Primer Imperio, así como con las firmas del ministro de hacienda, el tesorero general y el contador general. Eran sencillos y tenían un diseño plano y, cabe decir, susceptible de plagio. Otro de los defectos de este primer billete es el rechazo de los mexicanos, acostumbrados (desde siempre) a utilizar el metálico para hacer sus transacciones diarias. De igual manera, los expertos remiten a malos manejos gubernamentales de los billetes. Todo ello llevó a su descrédito. Pero bueno, fue un primer intento.

Todos conocemos ya que el Primer Imperio Mexicano estaba destinado al fracaso, dando lugar a la república, con Guadalupe Victoria al frente como primer presidente. Con ello, las medidas financieras de Iturbide se corrigieron y el billete del primer imperio se canceló. Pero México estaba sumido en una situación económica difícil, por lo que el uso del billete tuvo que seguir. Y con el fin de que se aceptara por la población, los billetes se imprimieron en nada menos que bulas papales canceladas. Se esperaba que este billete fuera aceptado al tener el sello del papa en el reverso y por el frente firmas oficiales, así como el escudo mexicano. Se contaba con que la religiosidad mexicana surtiera sus efectos en el billete y su aceptación.

Imagen cortesía del Banco de México. Billete republicano (reverso con la bula papal).

Lamentablemente, los billetes republicanos no fueron aceptados y tuvieron que cancelarse. Pasaron varias décadas para lograr un proyecto de billete exitoso. Y fue en 1864, con la república de Maximiliano de Habsburgo, que se logró. Dichos billetes eran emitidos por bancos privados, entre ellos el Banco de México, Londres y Sudamérica. Estas emisiones bancarias fueron exitosas gracias a su novedad y que su uso era voluntario.

Ya en el segundo intento de república y antes de la revolución, el billete fue emitido en cada estado por un banco privado. Nacionalmente, el Banco de México continúo emitiendo billetes, así como el Banco de Londres y México. En estos dos casos, los billetes se ratificaban en los diferentes estados. Cabe decir que los billetes tenían un respaldo metálico (es decir, podían ser cambiados por su valor en oro o plata). Las denominaciones utilizadas en este periodo iban de 1, 2, 5 y 10 pesos hasta las utilizadas hoy en día (20, 50, 100, 500 y 1,000).

Para finalizar esta breve historia del billete, hay que dar repaso al billete revolucionario. En este conflicto, el general Huerta ordenó a los bancos emisores que entregaran los respaldos monetarios de los billetes al gobierno y, además, imprimieran muchos más. Con esta medida, los billetes se depreciaron y el sistema bancario se desmoronó. Ya con el desarrollo del conflicto revolucionario, el acceso a las minas y también el tránsito de los metales a la Casa de Moneda se complicó. También, las diferentes facciones comenzaron a emitir sus propias monedas. Con esto dicho, se entiende que en México surgiera una escasez de moneda y también una multiplicación de las monedas de necesidad (hechas por las diferentes facciones revolucionarias). Algunas piezas de necesidad fueron vales y billetes, algunos de muy buena calidad y otros hechos de manera muy burda.

50 Pesos de 1913. Emisión villista en el Estado de Chihuahua.

Estos fueron los bilimbiques, que solo valían en un territorio específico y mientras la facción revolucionaria tuviese el control de dicho territorio. Es inútil decir que estos billetes no valían nada, al no estar respaldados, eran devaluados constantemente y también porque eran fácilmente falsificados. Otros intentos de billete fueron hechos en 1916: unos billetes más que bellos, los llamados infalsificables, que tuvieron un destino similar a otros billetes revolucionarios (su rápida devaluación).

Esta situación continuó, con escasa moneda y billetes o vales que valían por la presencia de una facción revolucionaria o por el sustento de alguna empresa o comerciante. En estos años, el gobierno decretó el pago únicamente en moneda. También, que los bancos privados (por falta de reservas de metálico) no emitieran billetes. Así, para 1917 se estableció en la Constitución que la emisión de monedas y billetes fuera hecha por el Estado únicamente. Para 1925, Plutarco Elías Calles crea oficialmente el Banco de México, que entre sus funciones tiene la acuñación de billetes y monedas. Así surgen los billetes del Banco de México. Sus primeros billetes fueron hechos por la American Bank Note Company de Nueva York en denominaciones de 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1,000 pesos, con la leyenda Banco de México.

Bibliografía

Mendoza Martínez, D. (2009). El nacimiento del billete: una revolución en el concepto del dinero. En OMNI, Revista Numismática, (1), 115-117. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4061922.pdf

Banco de México. (2024). Historia de la moneda y del billete en México. Ediciones del Banco de México. https://www.banxico.org.mx/billetes-y-monedas/d/%7B1EEDFA6C-8EDB-B7AD-11B2-528C7B69CC76%7D.pdf


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